Sant Pere Màrtir de Peracamps

El austero interior de la iglesia de Peracamps, proyectada por el arquitecto Isidre Puig Boada, acoge el retablo mayor de la antigua iglesia de Sant Martí de Llanera (del municipio de Torà, en la Segarra), un edificio que hoy se encuentra en un estado de conservación muy precario. Sin embargo, todavía se puede observar la interesante arquitectura de raíz gótica con que se resolvió la reedificación realizada en los siglos XVI y XVII, en la que resulta especialmente destacable la esbeltez sobria de su única nave, que desarrolla una serie de nervaduras que desembocan en bonitas claves de bóveda.

El retablo mayor (procedente de Sant Martí de Llanera)

El antiguo retablo mayor dedicado a san Martín, que podemos fecharlo en torno a 1651, constituye uno de los ejemplos más exitosos de la producción de retablos del escultor Joan Grau, originario de Constantí pero arraigado en Manresa. Ha perdido la parte inferior (la predela y el pedestal), así como las esculturas que ocupaban las hornacinas, pero el resto del mueble se conserva intacto. Se estructura en tres cuerpos divididos en cinco calles, dos de los cuales muestran en cada piso relieves historiados que dan vida a un interesante ciclo narrativo dedicado a la hagiografía del santo. La gubia del escultor ha jugado en la arquitectura de tradición clásica (rompiendo los frontones con volutas, levantando pirámides y fantasiosos lucernarios, adornando los tercios inferiores de las columnas corintias) y la ha rellenado de motivos vegetales y cabezas de ángeles, tan típicos de la plástica del barroco catalán del seiscientos. El esquema compositivo se revela próximo a dos grandes retablos del mismo autor, el de Sant Benet de Bages y del Roser de Sant Pere Màrtir de Manresa, que tomó como prototipo a lo largo de los años para resolver otros encargos de menor ambición.