Sant Jaume de Riner
La iglesia románica de Sant Jaume dels Tracs, situada dentro del antiguo término municipal del castillo de Riner, conserva un hermoso retablo de época barroca que deberíamos fechar en el segundo tercio del siglo XVII. Su estructura se amolda en arcosolio de la zona del ábside, semicircular, que queda escondido tras el mueble.
El retablo mayor (dedicado a san Jaime)
Se organiza a partir de dos cuerpos levantados encima de un pedestal. El central contiene tres hornacinas en forma de concha que alojan las figuras de san Isidro, a la izquierda, san Perdo Mártir, a la derecha, y san Jaime, en el centro. La predela, a sus pies, acoge tres episodios de sus respectivas hagiografías, que en el caso del patrón del templo se extienden al cuerpo más alto, donde se representa la decapitación y el traslado de sus restos por mar, en un barco comandado por un ángel, de Judea a Padrón, donde fue enterrado, una auténtica rareza de la iconografía relativa a este personaje. En medio de estas dos escenas está el Calvario, que es coronado por la figura de medio cuerpo del Padre Eterno, en el ático, flanqueado por dos medallones con las cabezas de san Pedro y san Pablo.
Aunque actualmente desconocemos el nombre del escultor, la semejanza estilística entre ésta y otras piezas conservadas ha permitido la construcción de un intenso catálogo artístico por este anónimo, atado en un periplo laboral que le llevaría hasta Andorra, donde elaboraría el retablo mayor de la iglesia de Escaldes. También se le ha atribuido, entre otros, el retablo del Rosario de la parroquia vecina de Sant Martí de Riner, que fue empezado en 1635 por el español Pedro Fernández, actualmente conservado en el Museo Diocesano y Comarcal de Solsona.